Claves para combatir la ansiedad

Para controlar la ansiedad, comienza con tu manera de pensar.

Por: Eduardo Houellemont, MA en Psicología Clínica.

 

La ansiedad es causada en gran medida por los miedos y en parte por tus pensamientos. Cambiar la manera de pensar sobre algo puede ayudarte a calmar la reacción de miedo y reducir la ansiedad.

Imaginemos una situación que te ponga muy nervioso, como ejemplo hablar en público, ir a una entrevista de trabajo o entrar a un ascensor. El corazón late mas fuerte, sudas, te falta aire, sientes un nudo en el estomago, a veces nauseas y unas ganas de escapar o salir corriendo. Para algunas personas, el miedo y la ansiedad se vuelven tan intensos que evitarán la situación. Sin embargo, la evasión afecta la forma en que vives, ya que impide que resuelvas los problemas y estos no desaparecen por sí mismos. Con el tiempo, sentimos sufrimiento y nuestra percepción sobre la vida y las personas se torna cada vez más negativa.

Con la práctica de algunas técnicas, puedes aprender cómo el miedo afecta tu cuerpo y cómo puedes controlar tu respuesta al estrés.

Escucha a tu cuerpo para cambiar tus emociones

El miedo genera una respuesta fisiológica: ritmo cardíaco rápido, respiración acelerada, trastornos gastrointestinales, insomnio, etc. Las situaciones de estrés producen estas respuestas físicas, que tu mente interpreta como «tienes miedo».

Cuando sientes miedo físicamente, tómate un momento para escuchar a tu cuerpo y recuperar el control. Pon atención a tu respiración ¿Respiras rápido o con dificultad? Respira profundo y de manera consciente varias veces y desacelera tu respiración al expeler el aire muy despacio y por la boca. Al cabo de uno o dos minutos notarás que tu corazón ya no se le siente latir tan fuerte.

Controlar la respuesta física al miedo puede influir sobre tu respuesta emocional.

Supera tus propios pensamientos

El miedo es causado en gran parte por tus pensamientos. Pensamientos catastróficos, irracionales o irreales muy negativos pueden producir un miedo o preocupación intensa, especialmente cuando no está ocurriendo nada en el momento que lo pueda causar.

¡No creas en ellos!

En su lugar, identifica esos pensamientos que te generan miedo. Desafíalos. Ejemplo, si vas a hablar frente a una audiencia ¿Qué pruebas hay de que te pondrás totalmente en ridículo? Ninguna. Posiblemente no recibas una gran ovación del público, pero no importa; tu objetivo es hablar de algo que ya conoces. Revalúa la situación y aléjate de los pensamientos negativos.

El cómo percibes una situación afecta lo que sientes al respecto. Abordar el miedo de forma racional, realista y con un cambio en la forma en que piensas te ayudará a superar su estímulo intenso e irracional.

 

Usa tu imaginación para disipar tus temores

Imagina tan vívidamente como puedas una situación que te provoque temor. Siente cómo crece la ansiedad, pero luego agrega más información. Pregúntate a tí mismo ¿qué te preocupa? ¿Cuáles son los resultados más probables? Después, imagina lo que de verdad quieres que suceda.

 

Mente Sana en Cuerpo Sano

Hacer ejercicios con intensidad una hora cada día estimula la producción de serotonina y endorfinas al tiempo que elimina el exceso del cortisol, responsable del Estrés. Dormir al menos 8 horas diarias y continuas también nos ayuda a balancear nuestro estado de ánimo.

 

Finalmente, si luego de seguir estos consejos tus niveles de ansiedad se mantienen altos por muchos días, visita a un especialista de PSICODOM para evaluar tu situación.